La Academia sumó un nuevo título internacional

Racing logró un título histórico en Asunción. Tras superar al Cruzeiro en la final de la Copa Sudamericana, la entidad de Avellaneda sumó su octava estrella internacional. El camino de gloria comenzó en el amateurismo, época en la que adquirió el apodo de la Academia. El punto de partida fue con la Copa de Honor Cousenier que se disputó en 1913 entre el campeón de la Copa de Honor Municipalidad de Buenos Aires y el ganador de la Copa de la Asociación Uruguaya de Football.

Aquel duelo ante Nacional de Montevideo se disputó en territorio charrúa y luego de un empate (1-1 con goles de Juan Hospital y Vallarino), en el desquite el conjunto argentino se impuso 3 a 2 en tiempo suplementario cuando el reglamento establecía “Gol de Oro” (Alberto Marcovecchio, Juan Hospital, Gorla, Beregaray y Marcovecchio fueron los autores de los tantos).

Cuatro años más tarde, los mismos protagonistas volvieron a verse las caras por el Campeonato Rioplatense Copa Dr. Ricardo C. Aldao, aunque en esa ocasión los partido se dieron en el Parque Pereyra de la capital oriental (2-2 con gritos de Zibecchi, Somma, Juan Perinetti y Nicolás Vivaldo) y Buenos Aires, donde Racing se impuso por 2 a 1 gracias a las conquistas de Ohaco y Olazar (Zibecchi fue el autor del tanto uruguayo).

En 1919 (en enero se disputó la edición de la misma competición de 1918), la Academia volvió a tener un duelo en el Río de la Plata, aunque en esa ocasión el rival fue Peñarol. Fue victoria para los bonaerenses por 2 a 1 en un choque que se resolvió por los goles de Gradin, Marcovecchio y Zabaleta.

Casi cinco décadas más tarde, con el profesionalismo ya afianzado, el club de Avellaneda acuñó el apodo del Primer Grande al adjudicarse la Copa Libertadores de 1967, que se caracteriza por ser la más extensa de la historia. El recordado equipo de José Pizzuti superó la primera fase como puntero en una zona en la que enfrentó a doble partido a River Plate, Independiente Santa Fe de Colombia, Bolívar, Independiente de Medellín y 31 de Octubre de Bolivia. Con ocho triunfos, un empate y una derrota, continuó su camino hacia la Fase Semifinal, donde jugó (también ida y vuelta) contra Universitario de Perú, River y Colo Colo. En esa instancia, como sumó la misma cantidad de puntos que el combinado incaico (4 victorias, 1 empate y 1 caída) debió disputar un desempate en Santiago de Chile donde derrotó 2 a 1 a Universitario.

En la final apareció otra vez Nacional de Montevideo. Y luego de dos enfrentamientos que finalizaron empatados sin goles, el trofeo se dirimió en la capital chilena, donde la Academia se adjudicó la gloria al vencer al Bolso por 2 a 1, gracias a los tantos de Cardoso y Raffo (Espárrago marcó el descuento para los uruguayos).

El equipo de José Pizzuti, campeón de la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental

Con intérpretes de la talla de Mario Agustín Cejas; Roberto Perfumo, el Panadero Díaz, Martín, Mori, el Coco Basile; Rulli y el Bocha Maschio, Racing midió sus fuerzas frente al Celtic de Escocia, campeón de la Liga de Campeones de Europa (por entonces Copa Intercontinental). La hazaña comenzó cuando los dirigidos por Pizzuti tuvieron que partir rumbo al Viejo Continente para afrontar el primer compromiso. En el vuelo a Glasgow casi se cae el avión. Cuando vimos a la azafata colgada del techo nos asustamos mucho”, había recordado en su momento el Chango Cárdenas en diálogo con Infobae, cuando se cumplieron 50 años de la gesta.

Las constantes escalas, la incomodidad de las instalaciones y la falta de comunicación con Buenos Aires hicieron que la incursión por el Hampden Park fuera un camino hacia una tierra desconocida. Sin embargo, cuando la delegación albiceleste arribó al país británico tuvo un apoyo inesperado. “En el aeropuerto nos cruzamos con Sean Connery y nos comentó que era hincha del Rangers, que es el clásico del Celtic. Nos dijo que nos iba a ver ganar a nosotros. El Panadero Díaz lo quiso llevar a la concentración, pero no pudo y perdimos. Hasta James Bond quería que fuéramos campeones”, fue otra de las anécdotas que había deslizado el ídolo popular en referencia al actor que por esos años caracterizaba al Agente 007.

El 1 a 0 adverso de visitante y el 2 a 1 a favor en el Cilindro de Avellaneda llevaron a que la Copa Intercontinental se resolviera en un desempate del otro lado del Río de la Plata. La escena que inmortalizó el Chango Cárdenas a los 11 minutos del segundo tiempo con el mítico grito que dejó sin posibilidades a John Fallon todavía se festeja por los alrededores del estadio. “El gol marcó una época y nuestro juego era una manera de vivir el fútbol con una visión adelantada”. Más de 65.000 personas presenciaron el conmovedor encuentro que le dio al país el primer título mundial. “Ese equipo contagiaba un amor incondicional, que nos lo hacían sentir en las calles. Cuando dimos la vuelta olímpica, había banderas de todos los equipos de primera y del ascenso”.

Más cercano en el tiempo, en 1988, Racing volvió a ganar un título internacional cuando el conjunto dirigido por el Coco Basile se quedó con la Supercopa Sudamericana, certamen que lo disputaban los campeones de la Libertadores. Fue un torneo en el que la Academia debió superar al Santos y a River Plate, antes de quedarse con el trofeo luego de ganarle 2 a 1 al Cruzeiro en el Presidente Perón y empatar 1-1 en el país vecino con el recordado gol de Omar Catalán.

Ese mismo año, las alegrías continuaron en la Copa Interamericana ante el Sport Herediano de Costa Rica. En el Estadio Memorial Coliseum de Los Ángeles, Estados Unidos, el elenco conformado con figuras de la jerarquía del Pato Fillol, el Vasco Olarticoechea, Gustavo Costas y Walter Fernández se impuso con autoridad con una goleada por 3 a 0, gracias a los tantos de Ramón Ismael Medina Bello, Rubén Paz y Darío Decoud.

El equipo la noche de la consagración: Carlos Olarán, Miguel Colombatti, Gustavo Costas, Miguel Ludueña, Néstro Fabbri y Ubaldo Fillo. Agachados: Carlos Vásquez, Walter Fernández, Jorge Acuña, Rubén Paz y Omar Catalán

Otro de los antecedentes de Racing en una final internacional fue en la primera edición de la Recopa Sudamericana que se disputó en 1989. El cruce con Nacional de Montevideo, campeón de la Copa Libertadores tras vencer a Newell’s, concluyó con festejos del otro lado del Río de la Plata. Es que el Bolso se quedó con el título gracias al grito de Daniel Fonseca que selló el 1 a 0 en Uruguay, dado que en la revancha disputada en el José Amalfitani de Vélez terminó con una igualdad sin emociones (0-0).

La última vez que la Academia había estado en una definición del otro lado de las fronteras había sido en 1992, cuando perdió la Supercopa frente al Cruzeiro. Fue cuando el conjunto brasileño se había tomado revancha de lo que había sucedido cuatro años antes y gestó un triunfo aplastante (4 a 0) en Belo Horizonte a través de las conquistas de Roberto Gaúcho (en 2 oportunidades), Luis Fernando y Boladeiro. Un resultado abultado que sentenció la serie, ya que el gol de Claudio García en el desquite no alcanzó para revertir la historia. En la memoria de los más nostálgicos, todavía está presente la grosera mano del Turco que le permitió al equipo dirigido por Humbertito Grondona eliminar a Independiente en la semifinal. Fue la mano de Castellani”, había reconocido con su habitual cuota humorística el ex delantero en una entrevista con Infobae. Ahora llegó el tiempo de actualizar las páginas doradas del club. La Copa Sudamericana tendrá un lugar especial en las vitrinas. Y Gustavo Costas tendrá su estatua junto a la de José Pizzuti y Mostaza Merlo.