El secretario de Prensa de la Presidencia, Eduardo Serenellini, renunció este lunes a su cargo. A través de la red social X, informó: “Por razones personales he presentado mi renuncia al cargo de Secretario de Prensa de la Nación al Javier Milei. Agradezco su confianza y conservo una gran amistad”. En diálogo con LA NACION, el ahora exfuncionario sumó: “Desayuné esta mañana con el Presidente en Olivos y le manifesté mi decisión de no seguir más en la secretaría”.

De 57 años, oriundo de Mar del Plata y con gran trayectoria periodística, su designación había sido oficializada en enero de 2024, como reemplazante de Belén Stettler -persona de confianza de Santiago Caputo-. Durante el período de más de un año en el que se mantuvo como funcionario, Serenellini fue cuestionado por referentes del mismo oficialismo. Al punto en el que encarnó una “batalla presupuestaria” con el vocero presidencial Manuel Adorni y la misma Karina Milei.

A mediados del pasado abril, con tres meses de antigüedad en el puesto, Serenellini mantuvo cortocircuitos con la hermana del Milei y Secretaria General de la Presidencia. Según pudo corroborar entonces este medio, eso llevó a que le rebajaran la jerarquía. Diez días después, el periodista volvería a recuperar el rango de ministro gracias a la llegada directa que mantiene con el jefe de Estado que, irritado por las pujas palaciegas, accedió a devolverle su estatus original.

Otro punto que precipitó su salida fue la desconexión con la agenda del Ejecutivo. Como secretario de Prensa, Serenellini no tenía injerencia en la comunicación oficial del Gobierno. Su itinerario diario incluía a cámaras empresarias y organizaciones civiles. Nunca talló en los temas de coyuntura. “Escucho los problemas de diferentes sectores y después le cuento al Presidente”, expresó a LA NACION hace unos meses para defender sus encuentros con pequeños empresarios.

El ahora exsecretario de Prensa, Eduardo Senerellini

Dos bajas en tres días

El paso al costado de Serenellini ocurre tan solo 72 horas después de que que la administración Milei decidiera echara al Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra. Para el caso particular de Barra, El funcionario cayó en desgracia en Balcarce 50 porque su dependencia emitió un dictamen que -según dicen en la sede de gobierno- no defendió a la gestión como se esperaba en un caso planteado por una empleada pública a la que dejaron de pagarle un incentivo salarial. Además cerca del Presidente apuntaron que el Procurador pasó buena parte del 2024 en Punta del Este. En la Casa Rosada, finalmente, le soltaron la mano.

Poco después saldría a la luz un texto dirigido al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, donde el abogado le desea “éxito” al oficialismo en “esta etapa especial”, pone en valor la “gran experiencia” de Francos y admite: “Fue un honor de haber colaborado con la gestión”. “Por la presente hago llegar a Ud. en su carácter de responsable del ejercicio de la administración general del país, mi renuncia indeclinable a partir del día de la fecha al cargo de procurador del Tesoro de la Nación, con el que fuera honrado por el Sr. Presidente de la Nación”, dice en los primeros párrafos del documento.

“Ruego a Ud. haga llegar al Sr. Presidente esta presentación a la vez que mis votos por el éxito del Gobierno en esta tan especial etapa en la historia de nuestro país. Igualmente, deseo señalar que ha sido para mí una gran experiencia y honor haber colaborado con su gestión. Mis respetuosos saludos”, completa.

En conferencia de prensa, Adorni anunció este martes por la mañana a su sucesor: “En primer lugar [quiero] contarles que el Presidente de la Nación ha decidido designar como procurador del Tesoro a Santiago María Castro Videla”. Castro Videla es abogado y magíster en Derecho Administrativo por la Universidad Austral. Ejerce la profesión de manera liberal en el estudio Bianchi, Galarce & Castro Videla Abogados. Es Profesor en la Diplomatura de Derecho Constitucional Profundizado de la Universidad Austral y Profesor adjunto del Claustro Docente de la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado de la Procuración del Tesoro de la Nación. También es coautor, con Santiago Maqueda Fourcade, de “La delegación legislativa y el Estado regulatorio” (Ábaco, 2018), “Tratado de la regulación para el abastecimiento” (Ábaco, 2015), y “Estudio constitucional sobre los controles de precios y la producción” (Ábaco, Buenos Aires 2015).

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