Santiago Fredes durante su etapa como futbolista de Luján. Luego fue entrenador de Primera División y cumplió su sueño (Instagram @clublujan.oficial)

El fútbol argentino y en especial el entorno que rodea a las categorías de Ascenso quedó conmovido tras el fallecimiento de Santiago Fredes, el director técnico del Club Luján, que tenía 35 años y había sido internado el pasado 24 de noviembre, diagnosticado con una enfermedad autoinmune. La institución bonaerense atraviesa el duelo, cerrando sus puertas y actividades por tres días en memoria de su leyenda.

El Pulga, como se lo conocía al ex futbolista que se formó en el Lujanero y cumplió el deseo de convertirse en el entrenador del primer equipo, fue despedido con honores y quienes llegaron a conocerlo destacan el amor por el deporte que inculcaba a diario. Incluso el presidente de la AFA, Claudio Tapia, lo mencionó en sus redes. “Son días devastadores, de bronca, de impotencia, injusticia y mucho dolor porque la verdad que no nos deja solo un entrenador y un ex jugador, sino que se nos fue un hijo de la casa. Era un chico del barrio, de San Emilio, donde tenemos nuestra sede y nuestro estadio. Un pibe que llevaba al club y a la ciudad en su alma y en su corazón de una manera muy genuina», expresa con voz quebradiza Federico Vanin, presidente de Luján, en diálogo con Infobae.

Santiago Fredes tuvo una vida ligada a Luján. Más allá de algún paso por Flandria, Defensores Unidos y Excursionistas, su cariño hacia el club de la Basílica hizo que regresara en 2018 para retirarse y continuar su carrera como director técnico desde Infantiles a Primera División. Además, abrió su academia para futbolistas que llevó su nombre. “El año pasado, en un momento crítico en lo deportivo, lo llamé por teléfono para que nos acompañara transitoriamente en la Primera del equipo y, con mucha valentía y coraje, decidió acompañarnos siete partidos y después se hizo cargo de lo que era uno de sus sueños: dirigir a Luján», recordó Vanin.

Santiago Fredes (en el medio) firma su contrato como técnico de Luján. A su izquierda, el presidente Federico Vanin (Instagram @clublujan.oficial)

De hecho, Fredes había firmado hace unas cinco semanas su contrato con Luján y describió su alegría en un video que se publicó en las redes sociales del club. «Estamos muy contentos de anunciarles que hemos renovado el contrato para el próximo año con el primer equipo, sosteniendo este proyecto que nos va a hacer lograr cosas importantes. Le agradezco a toda la gente que confió en nosotros, que se ilusionó con este equipo y decirle que se quede tranquilo que vamos a ir por una nueva ilusión. Buscaremos ser protagonistas una vez más, gracias por el apoyo», expresó el pasado 24 de octubre, días después de haber perdido en los cuartos de final del Reducido de la Primera C ante Sportivo Barracas, por penales.

Sin embargo, aquel entusiasmo se vio interrumpido por el inconveniente de salud, cuando Fredes comenzó a sentirse mal. Esto lo obligó a ausentarse a los entrenamientos para atenderse en el hospital zonal y realizarse los correspondientes chequeos médicos. Al recibir el diagnóstico se decidió internarlo para comenzar la recuperación. “Más allá de que esa enfermedad iba avanzando, tenía una fuerza increíble y muchas ganas de vivir, fundamentalmente por su hija, por su mujer, y después por todos los sueños que tenía pendientes”, agregó el presidente de Luján.

A medida que pasan las horas, todavía con su voz latente, Vanin intenta describir con la mejor precisión al ídolo que se fue: “Quienes trabajamos muy cerca de él, admirábamos todos los días su coraje, su fuerza, su aliento, su compromiso inquebrantable con el club. Era un chico de 35 años, un pibe con responsabilidades grandes que supo llevarlas con mucha altura. Era el motor de la esperanza de un club que tiene un objetivo deportivo de más de tres décadas y teníamos con él un sueño común. El Pulga fue un ejemplo para todos. No nos entra el dolor en el pecho porque era muy joven y se merecía vivir con plenitud para cumplir los sueños de él, de su familia y del pueblo lujanero. La familia Fredes, además de ser muy querida y respetada, tiene desde siempre mucho arraigo y sentido de pertenencia con el club, porque todos son del barrio, se criaron enfrente del club. Santi era muy humano, una persona súper bondadosa, leal y amigo de sus amigos».

El Pulga Fredes también tenía su academia de futbolistas

“Me quedo con la tranquilidad de haberle podido transmitir en sus últimos días todo el cariño de la gente y su emoción al escucharlo. Mañana mismo nos vamos a ocupar con toda la fuerza de su legado para lograr los sueños. Santi sobresalía en todo y volvió a darnos identidad en este último tiempo. Hoy quedó demostrado en su despedida que fue un gran formador, compañero de equipo, inculcó amor por el deporte, por la pelota, pero sobre todo por los valores. Le dio un sentido de pertenencia con el club a miles de pibes de Luján. No tengo dudas de que su legado va a ser eterno, de que desde donde esté va a tener el homenaje grande que se merece. Nos deja una huella imborrable“, continuó el directivo.

El club de la banda roja tendrá días difíciles por delante, con dolor, angustia y el recuerdo eterno por un hijo de la casa que partió de este mundo demasiado rápido. Sin embargo, para Vanin y su Comisión Directiva, el desafío será homenajear al Pulga Fredes como se merece e ir por el objetivo trazado para completar su trabajo: “Era una persona que no perdía el tiempo, que estaba sumamente activa para trabajar. Eso nos incentivó a todos a movernos rápidamente y así será”.