Con el objetivo de potenciar la inserción de la Argentina en los mercados internacionales y fomentar la llegada de inversiones estratégicas, el presidente Javier Milei promulgó el Decreto 43/2025, que crea la figura protocolar de Embajador Comercial para Inversiones y Desarrollo Estratégico. La medida, publicada en el Boletín Oficial, busca promover una mayor presencia del país en el comercio global mediante el trabajo ad honorem de referentes del sector privado y fue impulsada por Gerardo Werthein tras asumir como en la Cancillería.
El decreto establece que los embajadores comerciales tendrán la tarea de facilitar la apertura de mercados para productos argentinos, identificar oportunidades de inversión, y generar vínculos entre empresas locales y extranjeras. Estos representantes actuarán de manera independiente, sin relación laboral con el Estado ni acceso a recursos públicos, y asumirán todos los gastos asociados a sus actividades.
Werthein, quien juró el cargo el pasado noviembre tras la salida de Diana Mondino, fue clave para delinear esta estrategia diplomática. Su objetivo es modernizar la estructura de la Cancillería y promover un enfoque dinámico para la atracción de inversiones. En esta línea, Werthein contó con el apoyo del veterano diplomático Luis María Kreckler, quien actualmente funge como secretario de Relaciones Económicas Internacionales.
Tal y como había adelantado LA NACION de fuentes oficiales en diciembre, esta medida se alinea con el propósito del Gobierno de colocar al frente de la promoción internacional a empresarios “proactivos y exitosos”. Este nuevo enfoque también responde a la necesidad de dinamizar las relaciones comerciales, en un contexto donde el Mercosur enfrenta tensiones por las negociaciones de un posible Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Entre las funciones asignadas a estos embajadores se encuentra la promoción de inversiones en sectores clave como tecnología, energía e infraestructura, la generación de informes sobre tendencias de comercio e inversiones, y la participación en eventos empresariales y misiones comerciales. También se destaca que su rol será consultivo, sin facultades vinculantes para el Estado.
El decreto subraya que la designación de estos embajadores no implica la adquisición de rango diplomático permanente ni ingresos al Servicio Exterior de la Nación, por lo que su cargo sería ad honorem. La medida busca evitar conflictos de interés, prohibiendo que los embajadores comerciales utilicen su condición para promover productos o servicios propios.