
La realidad golpeó rápido al Senado, en el inicio de las sesiones extraordinarias: la discusión de la reforma laboral se demorará y la definición de la agenda pasaría para la semana próxima, con una reunión de Labor Parlamentaria entre jefes de bloque para intentar acordar una agenda viable en la Cámara alta. Todo esto, que era más que previsible y fue comentado los últimos días por Infobae, implica apostar a la última quincena de diciembre, con las fiestas en el medio, todo un desafío para el oficialismo.
El motivo principal es simple y no involucra al Senado: la Casa Rosada aún no envió el proyecto de reforma laboral. Sin el mismo, es imposible convocar a una reunión de comisión, ya que no existe iniciativa alguna que justifique el potencial encuentro. “Tendríamos que haberlo encarado de otra manera”, reconoció un integrante de La Libertad Avanza a este medio.
La situación actual coincide con la información que partió desde la Casa Rosada durante la mañana de hoy, con la no difusión de la ley de reforma laboral hasta nuevo aviso. De hecho, para consumar dicho paso se esperaría el regreso de Javier Milei al país, tras participar en Oslo -Noruega- de la entrega del Nobel de la Paz a la venezolana María Corina Machado, una de las principales opositoras del dictador Nicolás Maduro.
En el Congreso, los dos proyectos que el propio Gobierno marcó como primordiales son el Presupuesto 2026 y la reforma laboral. El primero ya se encuentra en Diputados, mientras que el segundo es aguardado con ansias en la Cámara alta, tras una promoción de avance exprés que, por el momento, parece hacer chocado por la dilación desde el Ejecutivo y la lógica propia del Senado, con asuntos varios aún no cerrados e, incluso, divergencias dentro del propio oficialismo senatorial. Las tensiones por ahora bucean, pero ya se perciben.

Las sesiones extraordinarias trajeron otra novedad: ayer, el cordobés Luis Juez se quitó la acuarela que le quedaba del PRO y se fue del macrismo para volver a su Frente Cívico, pero unido en interbloque a La Libertad Avanza (LLA).
El semi casorio del cordobés con el oficialismo tiene su argumento legislativo: si se cortara solo, podría quedarse casi sin lugares en comisiones de relevancia. Al abrazar al interbloque con libertarios, el amigo presidencial no perdería influencia.
Sí es un misterio lo que hará la tucumana Beatriz Ávila, que también le dijo adiós al PRO. No preside cualquier comisión: lidera la bicameral de la Biblioteca del Congreso, una de las zonas más oscuras y juguetonas que tiene el Poder Legislativo.
Con estos parámetros y, si el oficialismo consigue que jure Enzo Fullone, el reemplazante de la rionegrina Lorena Villaverde -renunció a una banca sobre la que ni siquiera pudo jurar- en la próxima sesión que realice la Cámara alta, La Libertad Avanza llegará a 21 integrantes. Es decir, a 16 del quorum y la mayoría absoluta del pleno, que es 37.
Quien festejó las novedades por lo bajo fue el kirchnerismo, que desde las 17 recibe a la CGT para oponerse a una reforma laboral que todavía no germinó, y ya se alista para la Labor Parlamentaria de la semana próxima y frenar todo lo que pueda. Hoy no hizo nada, ya que todo fue generado por el propio oficialismo. Un regalo más que generoso para un interbloque peronista con tensiones internas.
Bajo estas previsiones, la apuesta máxima que le queda al Gobierno es sancionar el Presupuesto 2026. La semana próxima buscará ser aprobado en Diputados. El cronograma que le quedará a los libertarios en el Senado implicará un dictamen exprés y un aterrizaje en el recinto el 29. Ya son pocos los que apuestan por un milagro para el 22 o 23. La realidad, por ahora, se impone. Y, por detrás, algunos pícaros celebran. Y no son sólo kirchneristas.



