El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, volvió a referirse a las vacantes sin ocupar en el máximo tribunal y a la necesidad de que el Estado resuelva esta situación. A su vez, insistió en que se deberían tratar solo aquellos temas “en los que hay una cuestión estrictamente constitucional”.
Respecto a su postura sobre la conformación ideal, señaló que cinco jueces es el número adecuado, ya que en esa integración cada expediente es debatido por todos los miembros y favorece una deliberación sustancial sobre cada fallo. “Cinco es el número ideal, para mí, que es el número histórico de la Corte”, analizó; y en ese sentido explicó: “Cada tema tiene que dar toda la vuelta por los ministros. Nos llega un expediente, entonces, si usted hace una Corte de cinco, la mayoría es tres y todos intervienen. Es decir, que aunque los tres primeros, siendo cinco, estén de acuerdo, si el cuarto está en desacuerdo, vuelve el expediente, porque alguno de los primeros tres puede cambiar su criterio”.
Por otro lado, distinguió este modelo de los de siete o nueve integrantes, donde, a su criterio, el circuito para el análisis de los casos se vuelve excesivamente extenso y podría dificultar la construcción de consensos. “Si usted hace una Corte de siete, la mayoría es cuatro, la vuelta es más larga, es como un planeta que gira una órbita más extensa”, planteó y remarcó que el tribunal debería intervenir solo en aquellos temas “en los que hay una cuestión estrictamente constitucional”.
Para explicar el funcionamiento actual del organismo, Rosatti acudió a un ejemplo. “Estamos jugando un partido de fútbol de once jugadores con siete, para que se tome noción. Se nos complica irnos de vacaciones porque tenemos que hacer malabares”, detalló en diálogo con Carlos Pagni al aire de LN+. Según Rosatti, las actividades que llevan a cabo requieren una organización que, ante la cantidad de gente disponible, puedan sacar el trabajo.

“Todas las semanas tenemos acuerdo, inexorablemente. En el acuerdo discutimos las sentencias que queremos sacar en las semanas subsiguientes, quiere decir que es un debate anticipado sobre lo que vamos a hacer en las semanas o meses subsiguientes”, relató, y continuó: “Previamente, nos reunimos entre nosotros, con nuestros letrados, con los secretarios, y vamos tratando de ponernos de acuerdo”. “Ponerse de acuerdo, yo diría el noventa y ocho por ciento de las sentencias, es unanimidad, en este caso, tres firmas. Si no se llama a un conjuez”, añadió en referencia a la modalidad adoptada debido al número reducido de magistrados.
De igual forma, Rosatti señaló que la dotación de letrados en la Corte es considerablemente inferior a la de algunos estudios jurídicos privados de Buenos Aires. Mientras en ciertos despachos de la ciudad trabajan hasta trescientos abogados, en el máximo tribunal la cantidad es mucho menor. Sobre la posibilidad de implementar herramientas tecnológicas, el presidente del tribunal expresó: “Esta es la única forma de trabajar sin inteligencia artificial por ahora, porque este reparto, a lo mejor, algún día podría hacerse por inteligencia artificial, pero a veces delira y podemos tener ahí problemas”.
“Este año va a ser el récord histórico desde la fundación de la Corte Suprema de Justicia en 1863 de cantidad de sentencias. Nunca antes, como hoy”, dijo Rosatti quien indicó que se van a firmar “más de trece mil” sentencias, teniendo en cuenta que aún no terminó el año.
De esta manera, reiteró la importancia de que existan más plenarios o instancias de casación en todos los fueros, de modo de unificar criterios antes de llegar al máximo tribunal. “Nos hemos convertido casi en un tribunal de tercera instancia”, analizó. Aunque, por otro lado, destacó: “El trabajo de estos últimos años se ha organizado muy bien, pero hay que decir que estamos al límite, por supuesto”.



