Una investigación por amaño de partidos y apuestas ilegales sacude al fútbol de Turquía (REUTERS/Murad Sezer)

El fútbol profesional de Turquía atraviesa uno de los momentos más complejos de su historia reciente, tras el avance de un escándalo de apuestas ilegales y manipulación de resultados que ya repercute en todos los niveles del deporte. Este lunes, un tribunal de Estambul decretó prisión preventiva para Murat Özkaya, presidente del Eyüpspor –equipo recientemente ascendido a la Superliga turca–, y para siete árbitros investigados en el caso, según informó la agencia EFE. El proceso penal avanza sobre la presunción de que los implicados habrían intentado alterar el desarrollo de diversos partidos de las principales categorías, en medio de una investigación amplia por parte de las autoridades deportivas y judiciales.

La resolución del tribunal representa el primer avance concreto de la Justicia en un escándalo cuya magnitud obligó a la Federación Turca de Fútbol (TFF) a intervenir de manera directa. Desde el inicio de las pesquisas, la TFF sancionó a 149 árbitros por participación indebida en apuestas deportivas, mientras que 45 delegados de partido renunciaron a sus cargos. La investigación judicial incluyó la detención e imputación de Murat Özkaya, diecisiete árbitros y un periodista deportivo, aunque la prisión preventiva solo se aplicará sobre el presidente del Eyüpspor y siete de los árbitros, mientras otros once acusados quedaron en libertad, pero bajo cargos formales.

La situación de Murat Özkaya ilustra el impacto del escándalo en la dirigencia del fútbol turco. Empresario del sector de alquiler de vehículos, asumió la presidencia del Eyüpspor en 2019, cuando el equipo militaba en la tercera división. Bajo su liderazgo, el club logró el ascenso a la segunda división en 2021 y, dos temporadas más tarde, contrató al histórico ex futbolista Arda Turan como entrenador. El Eyüpspor concretó en 2023 la promoción a la Superliga, máxima división, aunque hoy ocupa los últimos lugares de la tabla. La investigación lo señala por acciones destinadas a influir en los resultados deportivos, lo que impacta directa e institucionalmente a un club en pleno proceso de consolidación en la primera categoría.

El alcance del escándalo es nacional y de vasta repercusión estructural. La TFF explicó que la intervención judicial responde a evidencias recabadas en los últimos meses sobre la proliferación de apuestas entre árbitros y jugadores. La federación aseguró que hasta el momento no se detectó una organización criminal unificada detrás de las irregularidades, aunque el fallo judicial conocido este lunes contempla explícitamente la posibilidad de que los implicados hayan intentado manipular resultados de partidos más allá de su propia participación en apuestas.

El golpe a la credibilidad del torneo se amplifica con la medida anunciada por la TFF de trasladar al comité de disciplina a 1.024 jugadores por su relación con apuestas en el fútbol, de acuerdo con la información recabada por EFE. Del total, veintisiete jugadores pertenecen a equipos de la Superliga, máxima división del fútbol turco, entre los que figuran futbolistas del Galatasaray, el Besiktas y el Trabzonspor. Excepto el Fenerbahçe, todos los conjuntos ubicados entre los diez primeros puestos de la tabla tienen al menos un jugador involucrado en el sumario disciplinario actual.

La decisión disciplinaria también involucra a futbolistas de las divisiones inferiores: 77 de la 1. Liga (segunda categoría), 282 de la 2. Liga y 629 de la 3. Liga, además de otros nueve que no cuentan con club en la actualidad. La TFF evalúa acciones adicionales sobre 47 jugadores que aparecen vinculados solo en un caso a actividades de apuestas. La magnitud del proceso llevó al organismo a suspender durante dos semanas los partidos correspondientes a la 2. y 3. Liga y a iniciar gestiones con la FIFA para obtener una extensión extraordinaria de la ventana de transferencias invernal, con el objetivo de que los clubes afectados puedan rearmar sus plantillas.

La federación sostiene una postura de tolerancia cero frente al fenómeno, y reiteró que “erradicará las apuestas de raíz”. De acuerdo al reporte difundido, la mayoría de los árbitros sancionados no obtuvieron ganancias y, de hecho, registraron pérdidas en su participación, aunque el impacto sobre la integridad de los torneos permanece bajo investigación.

A la espera de mayores definiciones, la TFF convocó para este martes una reunión extraordinaria de su consejo directivo, con eje en la toma de decisiones institucionales y el diseño de estrategias para contener uno de los escándalos más extensos en la historia del deporte turco. Las autoridades mantienen abiertas todas las líneas de pesquisa y no descartan nuevas medidas judiciales o disciplinarias en los próximos días.