Una votante marca su elección en la Boleta Única Papel (BUP) (Crédito: www.argentina.gob.ar)

Todas las elecciones tienen ganadores y perdedores, tienen búnkers, tienen algarabía en un lado, desazón en el otro, tiene sorpresa y ratificaciones, tiene boca de urna y resultados oficiales, tiene discursos planificados y fotos en el escenario, tiene a políticos votando en colegios y a periodistas agolpados en las veredas, tiene a candidatos hablando de “la fiesta de la democracia” y tiene a aspirantes a cargos públicos desafiando la veda. Y tiene, claro, sus perlitas: situaciones fuera de contexto, acontecimientos disparatados, hechos a veces delirantes, a veces simpáticos, que hacen de las votaciones una manifestación social.

Las elecciones legislativas, que definirán cómo será la nueva composición del Congreso de la Nación con la renovación de la mitad de los diputados y un tercio de los senadores, comenzó con normalidad, salvo en dos escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. La jueza María Romilda Servini resolvió que el Instituto Gascón, sobre Serrano 1261, y el Instituto Gascón SUM, sobre Gurruchaga 1254, no sean sede de comicios por problemas de infraestructura. La magistrada dispuso el traslado por peligro de derrumbe y por falta de luz, luego de las lluvias que azotaron a la ciudad en la madrugada del sábado.

La Justicia Electoral dispuso la reubicación inmediata de las mesas afectadas: de la 6752 hasta la 6756 inclusive, se reubicaron en la Escuela N° 23 “Dr. José María Bustillo”, ubicada en la calle Thames 1361; de la 6757 hasta la 6761 inclusive se trasladaron al Instituto Marie Manoogian, en la calle Armenia 1338. A su vez, la magistrada ordenó mantener un oficial de custodia externa en los edificios afectados del barrio de Palermo para orientar al electorado a los lugares de votación reasignados.

En las primeras horas de la mañana, dos publicaciones en el viejo Twitter coincidieron en una singularidad: dos fiscales de La Libertad Avanza orgullosos de su deber cívico. Uno fue el ministro de Salud, Mario Lugones, que a sus 78 años lidera un equipo de 220 fiscales del área de salud desplegados para defender el voto libertario. Él se encargará de coordinar la fiscalización de diez escuelas de la comuna 14 de la ciudad de Buenos Aires (barrio de Palermo). Ya votó por la mañana en el Centro Educativo San Francisco Javier, en Jorge Luis Borges al 1883. A las 9:11 de la mañana, tuiteó: “Hoy votamos por el futuro. Sabemos que falta mucho pero por primera vez, estamos tomando un rumbo distinto. Nos mueve la esperanza de hacer a la Argentina grande. Les deseo una excelente jornada democrática en todo el país”.

Una hora antes, minutos antes de las ocho de la mañana, el que se mostró como fiscal fue Antonio Aracre, el ex jefe de asesores de Alberto Fernández, que ahora defiende ideas libertarias y fiscaliza para el partido del presidente Javier Milei. “A las 9 de la mañana ya votó el 3% del padrón en mi mesa”, dijo a modo de anuncio a través de sus redes sociales.

En simultáneo, en algún rincón porteño, los candidatos de la Coalición Cívica emularon el desayuno de elecciones, una vieja tradición del Pro, partido que hoy parece diluido en la arena política y debilitado dentro de la alianza con LLA. Hernán Reyes, Cecilia Ferrero y Claudio Cingolani, los candidatos de la Coalición Cívica en la Ciudad, compartieron la mesa con el presidente del partido, Maximiliano Ferraro y el ex legislador nacional Fernando Sánchez. Volverán a reunirse para merendar y esperar los resultados de las elecciones legislativas en la confitería El Greco, en el barrio de Caballito.

En una imagen cargada de ternura y nostalgia, se vio a Ricardo Alfonsín acompañada por su nieta Charo frente a la mesa de comicios en la escuela Municipal N° 1 Juan Galo de Lavalle ubicada en San Martin 405, Chascomús. Es la fotografía de un voto en compañía de su nieta en la misma escuela donde emitía el sufragio su padre, el presidente Raúl Alfonsín, el primer mandatario tras el regreso a la democracia. Después, estará viajando a la Ciudad de Buenos Aires donde, junto con familiares y amigos esperará el resultado de los comicios.

En la ciudad de Córdoba, Juan Schiaretti, ex gobernador de la provincia y representante de Provincias Unidas, votó en el colegio Domingo Savio a las 10:21 de la mañana, luego de esperar al menos diez minutos en la cola de la mesa 2167 para emitir su voto. No llevaba su cábala que lo acompaña en cada elección porque la temperatura a esa hora de la mañana superaba los veinte grados. Dejó en su casa la campera roja que asume como una cábala, pero mantuvo el mismo tono en su camisa. “Hay que votar tranquilo y sin miedo que Argentina no se va a desbarrancar mañana si pierde el gobierno”, dijo el candidato a diputado nacional.

Los padres de Javier y Karina Milei votaron por la mañana en una escuela de Vicente López. Antes de las diez de la mañana, llegó una amplia comitiva de fuerzas de seguridad que despertó la incertidumbre. Los reporteros apostados pensaron que era el arribo de la Secretaria General de la Presidencia de la Nación. Pero no: eran sus padres. Él Norberto Horacio votó a las diez de la mañana en la mesa 124. Resultó curioso que su esposa, Alicia Lujan Lucich, no lo acompañara. Tardó media hora en llegar a su mesa, la 122. Se había olvidado el DNI y en diálogo con los medios apostados, reveló que se había confundido de plástico: había llevado la licencia de conducir.